Renamon, zorro dorado

Corea del Norte, Pyonyang.

Un nuevo amanecer surgía dle cielo, una muchacha, junto a su zorro polar, Renamon, de bello pelaje blanco y ojos azules, hacían footing por la calle paralela a la de su casa, de estilo japonés, pues mismamente la chica dera de linaje japonés: Arisawa Tatsuki. Tatsuki es una joven japonesa de 15 años delgada y musculosa, por los continuos entrenamientos a los que se somete. Sus ojos son de color marrón y su pelo es negro, y lo lleva corto, dándole una apariencia masculina que se reafirma con su carácter rudo y directo. Suele ir con ropa cómoda, mas a veces,, cuando entrena con Renamon, ya sea en su forma activada como la normal, suele vestir un traje de karateka, con un sash color negro.

Se trata de una joven con carácter rudo y tosco, directo pero exento de arrogancia. Orgullosa, independiente, fuerte, enfadosa, idealista, sarcástica, socarrona y malhumorada, a Tatsuki no le gusta usar vestidos ni le agradan las cosas bonitas (a pesar de que ella misma es considerada bonita), y está convencida de que ser fuerte en este mundo es lo más importante. Sin embargo, a pesar de su aspecto rudo y sombrío, es una persona agradable y tradicionalista de las costumbres japonesas antiguas. Es inteligente, y según avanza la historia se ve que es una persona de buen corazón y que sabe cómo salir adelante de las situaciones en las que acaba metida. Goza de vestir kimono y hacer labores como el Ikenaba o el Origami con su abuela Seiko, hobbies que todavía hace en la Orden. No obstante, es una persona muy culta. En varias ocasiones se la puede ver leyendo o haciendo caligrafía.

Hacía más bien un mes que esos seres no se presentaban en los lares de Pyonyang, mas la propia Tatsuki, y obviamente su fiel zorro Renamon, sospechaban que no tardarían en aparecer. Sinceramente resultaba extraño.

Off: lamento el retraso, ahora inicia el reclutamiento n.n

Al fin, luego de un largo tiempo viajando, desde Europa, hasta Asia, en un viaje que duro algunos días, el Joven pelirrojo llego hasta Pyongyang acompañado de un buscador que lo guiaría hasta dicha ciudad.

Maxxie estaba entusiasmado pues era su primera misión desde que ingreso en la orden después de 6 meses de entrenamiento con el General Cross quien le enseño lo básico para dominar su arma, aun no había olvidado los malos tratos que le dio aquel hombre pero el no era rencoroso.

Después de una larga caminata llegaron hasta la capital coreana solo para toparse con una barricada que le impedía avanzar más.

Tatsuki notaba algo extraño en el ambiente, lo que se detuvo, y Renamon también hizo lo propio, a su lado.

- ¿Ocurre algo, Tatsuki?- Interrogó el zorro albino hembra de ojos azulados.

- Noto algo extraño. Pero no importa. Vamos, Renamon- instó la chica hacia Renamon, con la cual continuó hacienfdo footing, cada vez más cerca de la casa de Tatsuki y Renamon, donde vivían ellas con la comprensible abuela de la humana, de tez clara, pelo largo y canoso recogido en un sencillo moño y sencillamente vestida con ropa tradicional japonesa.

El muchacho agudizo la mirada, buscando un modo de entrar, las personas estaban tan asustadas que no querían dar acceso a nadie mas a la ciudad por temor a que fuese otro monstruo. Maxxie se quedo parado en un punto, junto al buscador - Exorcista-sama, ¿como planea entrar? - pregunto el buscador con curiosidad, a lo que le pelirrojo respondió con una sonrisa - todo muro tiene huecos- dijo el chico a modo de respuesta.

camino por un rato alrededor del lugar, buscando un modo de acceder, no era una barrera impenetrable pero el problema era que el lugar era resguardado por los lugareños, le seria difícil poder pasar sin ser visto y cumplir con su labor.

Su rojiza mirada se poso sobre un hombre de aspecto débil, que media aproximadamente unos 1.55 metros, todo un blandengue -podría servirme.- susurro. Se acerco hasta el hombre y le pregunto -Disculpe amigo pero, quiero pasar, ¿habría un modo de disuadirlo para que me dejase entrar?- dijo mientras sacaba de su mochila una bolsa con monedas (no del país) que le mostró al Hombre a modo de soborno para que le permitiera acceder.

Tatsuki se adentró en su casa una vez llegó, y Renamon, como buen zorro 'domesticado' que era, con sus patas delanteras, o mismanetnte con sus fauces suavemente sujetando el pomo de la puerta de la casa japonesa en Seúl, cerró la misma con cautela. La abuela salió de la sala de estar tras que Tatsuki se quitaba el calzado y sólo se quedara con el chándal y en calcetines.

- Has venido temprano esta mañana- le dijo la amable y comprensiva anciana, lo que su nieta no dudó en asentir, por lo que su abuela era muy amable, comprensiva e intuitiva. Mientras tanto, Renamon, el zorro hembra de suave pelaje albino níveo y de ojos azules, miró hacia la puerta, un poco a la defensiva, apuntando con el hocico al exterior, con las orejas gachas y el pelaje erizado- ¿Pasa algo, Renamon?

- Hay algo ahí fuera, posiblemente alguien trate de entrar a la ciudad, con todos los ataques de esos seres que hay.- respondió la canina, dispuesta a priteger a su 'familia'.

Fuera, unos monstruos voladores, comenzaban a invadir la ciudad desde el aire, buscando algo.

El hombre miro a Maxxie, fulminándolo con la mirada - No pienso arriesgar mi vida por unas monedas Niño- dijo el Hombre flacuchento. El pelirrojo suspiro - Escuche, en verdad es algo importante que yo pueda pasar, se que tiene miedo pero yo e venido a ayudar, tiene que dejarme entrar- dijo y a la vez intentaba ocultar su acento para que le entendiera con mayor facilidad. Una sombra paso sobre las cabezas del muchacho y el buscador, sobre ellos se encontraba un Akuma Nivel 1 volando bajo.

La maquina comenzó a atacar, sus balas hicieron que todos los que estaban ahí haciendo guardia salieron huyendo para evitar morir -Vaya, llego justo a tiempo, no lo crees Boris?- le musito al Buscador que lo acompañaba-lo mejor Será que te marches, este lugar no es seguro para ti amigo mío- agrego mientras posaba su mano en el hombro del buscador -Entendido.. Suerte Exorcista-Sama!- exclamo corriendo en la dirección por la que llegaron.

Algunos Akumas mas llegaron donde el pelirrojo -ah que molestas son estas moscas, ¡Inocencia, Actívate!- exclamo para que lo escuchara su arma, de sus manos salieron unos hilos finos y delgados con los que corto sin esfuerzo a los Akumas. Estaba agradecido con ellos por así decirlo, si no hubiesen llegado jamás habría podido pasar por las buenas.

Se adentro rápidamente, los lugareños que cuidaban la entrada no debían estar lejos por lo que tenía que actuar con discreción.

Tatsuki se quedó con su abuela y Renamon, mientras fuera, sin piedad alguna, aquellos monstruos comenzaron a atacar a inocentes. Renamon sentía aquel peligro por lo que no dejó de mantener sus orejas gachas, así como el pelaje blanco erizado.

- Tatsuki, siento la necesitad de que deberíamos ir a detenerles- pronunció Renamon.

ARISAWA TATSUKI- Renamon..

- Estoy segura de que buscan algo en concreto..

- Id si debéis ir.- comentó la bondadosa y comprensiva abuela, lo que Renamon y Tatsuki salieron de la casa, pues Renamon sentía un ansia de pelea contra aquellos seres, mas un resplandor verdoso se podía notar levemente ene cuerpo de aquel zorro polar.